El nuevo Bayern de Múnich, que ha arrancado la Bundesliga con tres victorias consecutivas y 15 goles en tres partidos tras haberle marcado cinco al Leipzig en la supercopa, parece de momento aprovechar de una nueva dinámica que algunos han relacionado con la marcha de Robert Lewandowski.
Si cuando se cerró el acuerdo con el Barcelona para muchos la pregunta era cómo el Bayern podría compensar la marcha del polaco ahora muchos debates apuntan a demostrar lo que se ha ganado con ello.
Julian Nagelsmann (técnico), tras la marcha de Lewandowski, ha cambiado el sistema ofensivo renunciando a un delantero centro clásico y optando por varios falsos nueves rotatorios.
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Los cuatro hombres de adelante - Müller, Musiala, Gnabry y Mané en los primeros dos partidos y en el último Coman y Sané en lugar de Gnabry y Musiala- no tienen posiciones fijas y rotan permanentemente.
La ocupación del área con muchos jugadores en condiciones de rematar ya fue en la temporada pasada una de las señas de identidad del Bayern de Nagelsmann. Es posible que a veces Lewandowski sintieran que sus compañeros invadían su terreno.
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Ahora, sin el polaco, la ocupación del área es todavía más importante.
Los rivales, hasta ahora, han intentado desterrar al Bayern a las bandas. No lo han conseguido.
Verdadera prueba
Sin embargo, es claro que para confirmar las excelentes sensaciones al Bayern le falta pasar todavía por pruebas más duras y la verdadera dimensión del equipo solo se verá cuando empiece a jugarse la Liga de Campeones. Tal vez incluso solo a partir de los partidos de octavos.